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Amniocentesis: conoce la salud de tu bebé antes de nacer

Cuando tu embarazo tiene riesgos debido a tu edad o a problemas hereditarios, la mejor manera de revisar la salud de tu bebé antes del parto es a través de una Amniocentesis, un examen del líquido amniótico. Si tu obstetra te lo ha recomendado, entérate de qué se trata pues tiene muchos beneficios, pero también algunos riesgos.

La Amniocentesis es un examen que te permite conocer la salud de tu bebé desde que está en el vientre, y permite identificar varios problemas genéticos que puedan impedir su desarrollo normal durante el embarazo o que podrían limitar su vida después de nacer. Es uno de los exámenes prenatales comunes para las mujeres que tienen embarazos riesgosos o antecedentes familiares de enfermedades hereditarias, y muchas parejas lo hacen para evitar tener hijos con problemas de salud. Se llama así porque analiza el líquido amniótico que rodea a tu bebé. En ese líquido se encuentran células fetales y químicos que produce tu bebé, los cuales brindan la información genética que te permite saber si tu bebé tiene alguno de los siguientes problemas de salud:
  • Síndrome de Down
  • Defectos en el tubo neural como espina bífida o anencefalia que surgen cuando el cerebro o la espina dorsal no se desarrollan bien
  • Fibrosis quística
  • Distrofia muscular
  • Enfermedad de Tay-Sachs
  • Enfermedad drepanocítica
La Amniocentesis Genética, la más común, se realiza sólo después de la semana 15 del embarazo (generalmente se hace antes de la semana 18) cuando la mujer cumple con las siguientes condiciones riesgosas para el bebé:
  • Son mayores de 35 años
  • Tienen otros hijos con defectos congénitos (de nacimiento)
  • Tuvieron resultados anormales durante otros chequeos prenatales, como el ultrasonido
  • Tienen posibilidad de heredar enfermedades por antecedentes familiares
También se hace Amniocentesis de madurez (entre la semana 32 y 39 del embarazo) que sirve para identificar si los pulmones del bebé están maduros para nacer, especialmente cuando se quiere adelantar el parto por la salud de la madre. Y en algunos casos, aunque pocos, se hacen Amniocentesis para identificar infecciones en el útero, incompatibilidad de Rh entre la madre y el bebé, o para disminuir el nivel del líquido amniótico.

Para realizarte la Amniocentesis es necesario tomarte una muestra del líquido amniótico no mayor de 1 onza, que se saca con una aguja muy fina que atraviesa tu vientre hasta llegar a tu útero y el saco amniótico. Todo el procedimiento se hace acompañado de un ultrasonido para que el médico pueda insertar la aguja sin lastimarte a ti o a tu bebé.

Aunque es un examen relativamente sencillo, tiene algunos riesgos:
  • Si se rompe el saco amniótico puede haber riesgo de aborto, aunque es menos del 1%. Pero si se hace antes de la semana 11, el riesgo es mayor.
  • Cólicos y sangrado leves.
  • Lastimar a la madre o al bebé con la aguja.
  • Goteo vaginal de líquido amniótico.
  • Sensibilización Rh: cuando la sangre de tu bebé entra en tu torrente sanguíneo y produces anticuerpos. Pare evitar esto, tu tipo de sangre es Rh negativo, te darán una inmunoglobulina (que se conoce como “Rhogam”) antes de la Amniocentesis que te protegerá.
  • Infección uterina, aunque no es frecuente.
Por todo esto, la Amniocentesis no debe realizarse más que cuando es estrictamente necesaria. Y aunque tu obstetra te lo recomiende, tú estás en tu derecho de negarte, pero debes tener toda la información de fuentes confiables. Finalmente la decisión de recibir a tu hijo con o sin enfermedades genéticas es tuya y de tu pareja, de nadie más. Aunque por supuesto, lo ideal es saber si tu hijo viene sano. Y desde luego que si tienes dudas, siempre puedes pedir una segunda opinión.
Fuente: vidaysalud.com

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