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Virreinatos en la Epoca Colonial

Al dejar de existir Felipe II, le sucedió su hijo Felipe III, gobernó el imperio español desde esa fecha hasta su muerte acaecida en Madrid el año 1621. Con este rey comienzas los síntomas de una decadencia que se acentuó durante todo el siglo XVII con Felipe IV y con el último de los reyes Asturias, Carlos II que débil y enfermizo no dejó descendencia.
Entre las causas más importantes de este declinar está la mala administración, debida al abandono que hacía los reyes de su mando en manos
de favoritos quienes satisfacían sus propios intereses en perjuicio de los del pueblo. Estas causas, junto con el abandono del campo y la agricultura, fueron motivo de la pobreza que tuvo que sufrir España durante todo el siglo XVIII.
La decadencia española influye poco en América ya que este siglo es de auge y grandeza en los virreinatos. El siglo de conquista había pasado y una vez asentados los colonizadores en los lugares ya conocidos se afianzan en la tierra. Se fundan nuevas ciudades además de las existentes, que se desenvuelven paulatinamente alcanzando en algunos casos el punto culminante de su desarrollo urbano y económico.
Llama la atención que a principios del siglo XVII, Chuquisaca y Potosí alcanzan gran esplendor. Potosí con sus guerras civiles, sus desastres y su opulencia económica. El lento progreso de La Paz y Cochabamba, las insurrecciones en el sur, los bandos en el Paraguay en torno a la figura de Cárdenas y la sublevación de Gallardo en La Paz hacia la mitad del siglo, son las notas más sobresalientes del Alto Perú.

La sociedad Virreinal
De los cuatro virreyes que gobernarón el Perú en el siglo XVII el más el importante para el Alto Perú fue fue Don Pedro Fernández de Castro Conde de Lemus Nombrado Virrey en 1666 llegando acompañado con su esposa Doña Ana De Borja.
Al llegar el Conde de Lemus se encontró con el problema de la insurrección de Laicacota, no resuelto por su antecesor ni por la Audiencia de Lima. Para solucionarlo se embarco hacia Arica y desde allí paso a Paucarcollo. Sofoco la rebelión y se fue luego a Copacabana e 1668, visito toda la provincia después de la pacificación, reasumiendo el gobierno en 1669. Se preparaba para celebrar la canonización de Santa Rosa de Lima y San Francisco de Borja, cuando lo sorprendió la muerte a los 32 años en 1672. Fue nombrado muy devoto y gran protector de la Compañía de Jesús.

El vigésimo virrey del Perú fue Baltasar de la Cueva Enríquez que gobernó entre 1673 y 1677. Hombre muy estricto en materia económica, tuvo desavenencias con los comerciantes y el consulado del mar por sus severas ordenanzas contra la corrupción.
Mediante real orden el gobierno paso a Don Melchor de Liñán y Cisneros ocupo el cargo de Obispo, tres años después fue designado virrey , durante su gobierno llego la célebre recopilación de las Leyes de Indias. En 1681 comenzó a producir oro en una las minas al costado del Illimani, y fue la cantidad de oro recogido, que bajo la cotización de este metal.
El Duque de la Plata Don Melchor de Navarra y Rocafull (1680-1689), la planificación de la Casa de Moneda de Lima que se opuso a la de Potosí y el primer intento de supresión de la mita.
El último virrey del siglo XVII fue Don Melchor Portocarrero Conde de la Monclova quien ocupo el cargo y murió en su desempeño.

Fundación de Oruro
El año de 1605 el cura de Colquemarca, Francisco Medrano, y otros españoles descubrieron minerales ricos en plata en un cerro de la región de los Urus al que pusieron de nombre San Cristóbal. Ala noticia de la abundancia del codiciado metal se trasladaron a la región muchos españoles para consagrarse a la explotación de las citadas minas. Pronto nació un poblado que estaba bajo la advocación de San Miguel, pues el día del Arcángel se había empezado a explotar sistemáticamente las mismas.
Acababa de morir el conde Monterrey, cuando llegaba la solitud de los vecinos de esta nueva ciudad hasta la Audiencia de Charcas para que se oficializara la fundación de la Villa. Fue encargado el Lic. Don Manuel Castro de Padilla quien, trasladándose hasta el asiento de San Miguel y junto al cerro Pie de Gallo, efectuó la fundación definitiva el 1º de noviembre de 1606. Nació así la actual ciudad de Oruro con el nombre de “Real Villa de Don Felipe de Austria” en honor del monarca reinante Felipe III. El primer alcalde de la ciudad fue el descubridor de las minas, el presbítero Francisco Medrano. Se pobló la Villa rápidamente y hacia 1618 estaba habitada por mil españoles y una gran población indígena. En sus proximidades había 20 ingenios destinados a beneficiar el mineral extraído de los cerros. Se agrando este distrito minero con la inclusión de la ya centenaria población de Paria y la Berenguela. En un principio se habían señalado indios para la mita de Oruro, pero en 1618 se quitaron para beneficiar al cerro de Potosí; el grueso del trabajo se hizo sobre la base del sistema de “minga” o jornal.
En el aspecto urbano Oruro fue pobre en sus primeros años, por eso casi todas sus casas están hechas con paja; sin embargo, no tenía un año de vida ya contaba con 700 casa. Hacia la mitad del siglo se había edificado iglesias y conventos, como los de San Francisco, Santo Domingo, San Agustín, La Merced, La Compañía y un hospital para los enfermos. Al igual que Potosí, Oruro Tenia oficiales reales encargados de las gestiones económicas para la real hacienda.

Fundación de Trinidad
Prosiguiendo con sus conquistas espirituales, el padre Barace agrupo a varios indígenas del Maguhana en el antiguo sitio donde se había establecido ante los padres Bermudo y Aller. En el año de 1686, a orillas del rio Mamoré, fundó la misión de la Santísima Trinidad; así el Padre Barace es el verdadero fundador de la ciudad de Trinidad (Beni).


Personalidad de Cipriano Barace
Nació en Isaba el año1641 siendo destinado por petición suya, a la conversión de infieles en el Perú entro el año 1675 consagrándose durante 11 años a la labor de sus fieles sirviendo de sacerdote, medico, artesano, vaquero, etc.
A él se debe la introducción del ganado en el Beni. Desde Trinidad el padre se encamino hacia el este encontrando a los Guarayos. Prosiguió adelante hasta hallar a los Baures, indios aguerridos y feroces cuya conquista espiritual intento el año de 1702. Murió mártir de la religión católica al querer evangelizar a estos pueblos después de haber misionado en Moxos por espacio de 27 años.

Al establecer los españoles en América trajeron a las nuevas tierras todas las instituciones políticas, legislativas y jurídicas que existían en España a fines del siglo XV y en comienzos del XVI. En el dominio político de las tierras de América dependieron de un Consejo especial radicado en Madrid, que se denominó Consejo de Indias; tenía potestad soberana del rey en América y su fundación ya estaba en mente de los reyes católicos.

Consejo de Indias
Este consejo constaba de un presidente y cinco consejeros, posteriormente se amplio su número a doce. Empezó a funcionar en 1524su primer presidente García de Loayza. Al ampliarse la conquista, el Consejo tomo bajo su tutela la Casa de Contratación creada en 1502 con residencia en Sevilla, que atendía asuntos comerciales, algunos judiciales y todo lo referente a los embarques a las Indias.
La jurisdicción del Consejo de Indias era amplia; trataba sobre asuntos civiles, eclesiásticos y militares, y también sobre el Supremo Consejo: virreyes, audiencias, etc. Dictaba las leyes y proponían al rey las personas que desempeñarían los altos cargos civiles y religiosos.

Los cuatro Virreinatos de América
Los 4 Virreinatos de America
España adopto la división política de las Indias la misma forma que tenia la península. Fueron estos:
1.- El virreinato de Nueva España creado en 1535, abarcaba México y toda la parte sur de los Estados Unidos. 
2.- El virreinato del Perú creado en 1542, que comprendía los actuales territorios del Perú, Ecuador y Bolivia y parte de la Argentina y el Paraguay. Más tarde se creó. 
3.- El virreinato de Buenos Aires o La Plata (1776) que abarcaba la Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. 
4.- El virreinato de Nueva Granada constituido por Colombia y parte del Ecuador se creó en último tercio del XVIII.
Los virreyes se escogía entre las personas más nobles de España, su mando era absoluto podían hacer todo lo que “hiciera el rey si estuviera presente”, mandaban el ejército y la marina, supervisaban la economía y entendían asuntos religiosos. Desde 1603 se les negó intervenir en la justicia en segunda instancia, que estaba reservada a las audiencias, así mismo la apelación final se hacía al Consejo de Indias.
Su gobierno era de tres años, estaban sujetos al llamado juicio de residencia, y mientras no se diese el fallo no podrían salir del lugar. La vida de los virreyes se desarrollaba dentro del mas ceremonial y lujo, los virreyes debían realizar una visita durante el periodo de su gobierno al territorio de su jurisdicción.

La sociedad mestiza
Tratados entre España y Portugal
Las demarcaciones entre las posesiones españolas y portuguesas de América, fue desde los primeros años del descubrimiento motivo de disputa y aun de guerra. La frontera, entre el actual Brasil y la Audiencia de Charcas, siempre estuvo sobre las armas y en no pocas ocasiones se efectuaron encuentros entre tropas de uno y otro grupo.
El año de 1680 fundó el gobernador del Rio de Janeiro, sobre la ribera del Rio de La Plata una colonia con el nombre de Sacramento; los españoles miraban ese territorio como suyo, por lo que pidieron se suprimiera esa fundación. Los portugueses quisieron mantener su nueva colonia y proponían no entablar comercio alguno con las provincias españolas en tanto se resolvieron el litigio que se pensaba llevar al Papa. Con este fin se firmo un tratado en 1701, pero prontos sobrevino una nueva guerra ambos países y los españoles se apoderaron por las armas de Sacramento; fue recuperado por Portugal el año 1735. Madrid ordeno que cesaran las hostilidades en tanto procuraba que Sacramento pasara a su dominio mediante alguna compensación a la que Portugal se negaba terminantemente.
En realidad el fuerte de sacramento era una de las avanzadas de Portugal sobre las posesiones españolas de América. Centro de contrabando de toda clase era una puerta de escape difícil de controlar por su alejamiento tanto del centro del virreinato como de la Audiencia de Charcas. Los portugueses no solo se asentaron allí sino que hacían continuas penetraciones en el territorio de la audiencia, teniendo serios choques con los jesuitas, cuyas guarniciones eran la única avanzada de Charcas en su frontera oriental.
Razones son estas que hacían recrudecer día a día el problema de la colonia de Sacramento, en tiempo del virrey Manso de Velasco, se pensó llegar a una sola solución mediante un nuevo tratado por lo que España tomaba posesión de de Sacramento, cediendo en cambio 500 leguas de territorio en la provincia de Paraguay. Esto no se pudo efectuarse, pues los indios de misiones se negaron a pasar a manos extrañas. Los portugueses a su vez incursionaron a Moxos, habiendo hecho suyas dos de las reducciones jesuíticas: Santa Catalina y San Miguel, ambas sobre el rio Itenez. Este estado de cosas prosiguió hasta 1777 en que se firmo el tratado de San Idelfonso. En el que estipulaba lo siguiente: la navegación del rio de La Plata y el Uruguay pertenecía exclusivamente a España, hasta el punto en que el rio Parapeti – Guasu desagua en el Uruguay y Portugal renunciaba renunciaba a Sacramento y la Isla de San Gabriel.las lagunas de Merim y Mangueira y las tierras que les separan, quedaban dividiendo las posesiones españolas de las portuguesas, sin que ninguna de las dos naciones pudiera ocuparlas. España de su parte restituía a Portugal la Isla de Santa Catalina y a Inglaterra el Peón de Gibraltar; este país desocupaba en cambio Filipinas, y Portugal renunciaba a los derechos que pudiera tener sobre ellas y las islas Marianas.

Expulsión de los jesuitas
Desde el punto de vista de América, la obra de la compañía fue beneficiosa: incorporó a la civilización a cientos de tribus, revirtió a las misiones americanas cuanto de ellas se extraía, logrando un gran progreso material causante de resquemores de parte de las autoridades civiles. Su labor educacional, tanto en colegios como universidades, fue amplia y efectiva, pero estos dos puntos (misional y de educación), sobre todo el primero, dio lugar a que se pasaran a España informes contrarios a su obra, entre los informantes estaba el virrey Amat.
Los despachos del conde de Aranda llegaron secretamente a manos del virrey Amat y en la misma forma fueron trasmitidos al presidente de la audiencia para que se realizara la expulsión sin escándalo y la mayor premura. Estos despachos no podían ser abiertos hasta el primero de marzo y todos a un tiempo, para evitar que corriera la noticia. Una vez que las autoridades respectivas se enteraran del contenido, organizarían la expulsión en el menor plazo posible, sacando de sus casas y misiones a todos los jesuitas sin distinción de edad, incluyendo a los novicios que quisieran seguirles. No deberían hacerse excepciones ni siquiera con los enfermos.
Así salieron los jesuitas. Hubo algunos intentos de sublevación, pro unos fueron sofocados y otros pacificados por los mismos expulsos. También, siguiendo real orden, se los hizo salir por despoblado; en Charcas se tomó la ruta de Oruro y el desierto de Atacama, llevándolos hasta la costa entre gente armada. Varios murieron antes de llegar a su destino, sobre todo aquellos muy ancianos a quienes se forzó a hacer este penoso recorrido.
Momentáneamente, colegios, universidades y misiones quedaron en gran confusión y abandono; se trato de subsanar esto enviando franciscanos a las reducciones y reorganizando los planteles sobre la base del clero secular.

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