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Período Prehispánico

En Bolivia aparecen restos de ocupación humana desde el 12.000-10.000 a. C. en el Yacimiento de Viscachani. Hasta el 1.200 a. C. se desarrollan unas culturas sedentarias en el altiplano. La Chiripa y Wankarani son las dos más importantes del periodo formativo a partir del 1.200 a. C.
La cultura de Tiwanaku, cerca del Lago Titicaca, marca un momento de florecimiento cultural de la zona altiplánica, extendiéndose su influencia por toda el área andina. Esta cultura era considerada antiguamente la "cuna de las civilizaciones americanas".

1 El complejo arqueológico, actualmente declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, está situado en el departamento de La Paz, a poco más de una hora de la ciudad, y en los alrededores del majestuoso Lago Titicaca.

En torno al 1.100 a. C. Tiwanaku desapareció y se produjo una lucha entre los diferentes grupos que habitaban la región: aymaras, collas, lupacas y pacajes. Los aymaras establecen un dominio que abarca Arequipa y Puno en el Perú, La Paz, Oruro y Cochabamba, que perduró hasta que, en 1438, el Inca Pachacútec derrotó al último soberano colla, Chunqui Cápac, incorporando el altiplano boliviano al Imperio inca (Tahuantinsuyo), como parte de la provincia del Collasuyo, e imponiendo el quechua como lengua oficial, aunque el aymara se continuó hablando regularmente. El Imperio inca adoptó los estilos arquitectónicos tiwanakotas y otros conocimientos.

Poblaciones arahuacas se establecieron en las planicies de Moxos, y en las pampas y valles de Santa Cruz. Los segundos desarrollaron la cultura Chané, la cual se destacó por su cerámica, grabados en piedra y arcilla. Los chanés eran agricultores neolíticos que vivían en aldeas densamente pobladas y en las cuales dejaron numerosos yacimientos arqueológicos (principalmente tumbas con cerámica y herramientas) en Portachuelo, Okinawa, Cotoca, Warnes, Mairana, Valle Abajo, Samaipata, Pampa Grande y El Pari.

2 Estos pueblos construyeron el templo sobre la roca que domina el complejo arqueológico de El Fuerte en Samaipata. El cual originalmente no fue un fuerte sino un templo labrado sobre la roca con grabados típicos de las tribus arahuacas que poblaban la región. El fuerte de Samaipata fue el primer centro arqueológico en Bolivia que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por Unesco.

El Inca Huayna Cápac mandó levantar fortalezas en la frontera oriental para detener el avance de las hordas guaraníes que invadían los valles y pampas de Santa Cruz. Los incas lograron avanzar hasta estas regiones y pactaron con los chanés una defensa común de las invasiones guaraníes. Durante el periodo incaico se construyó una ciudad próxima al templo edificado por los chanés. Esta ciudad fue la principal edificación incaica en la región. El complejo arqueológico de Samaipata, ubicado en el departamento de Santa Cruz, es uno de los restos arqueológicos más importantes de la región, actualmente ya se han descubierto más de 50 edificaciones dentro de él. Ambos, incas y chanes fueron vencidos por las constantes invasiones guaraníes, quienes finalmente dominaron la región inclusive durante una buena parte de la colonia española.

Una de las culturas andinas milenarias existente en la actualidad es la Kallawaya, ubicada en los valles interandinos de Charazani en el departamento de La Paz. Sus importantes conocimientos han conseguido que la Farmacopea Kallawaya, llegue a constituirse en la más grande del mundo[cita requerida], motivo por el cual, recientemente (2003) la UNESCO ha declarado a la Cultura Kallawa como Obra Maestra y Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Otras culturas andinas milenarias de gran importancia son los Urus y Chipayas del departamento de Oruro, de los cuales resaltan sus conocimientos en el arte de la pesca y construcción de viviendas.

Otros restos arqueológicos y culturales de las tierras bajas de Bolivia en la zona oriental, son menos conocidos. Sin embargo, resalta la complejidad de los restos de canales, terraplenes y camellones desarrollados por la Cultura Hidráulica de las Lomas, la más extensa del continente americano, en los llanos de Moxos y Baures actualmente ubicados en el departamento del Beni. En el departamento de Santa Cruz existen ruínas arqueológicas de antigüedad no muy bien determinada que corresponderían a tres grupos principales (1) Provincia Velasco, (2) alrededores de Santa Cruz de la Sierra y (3) las pinturas rupestres de Santiago. Todas estas regiones estuvieron originalmente pobladas por culturas arahucas.

Las Migraciones en América
En la actualidad se admite que fueron las diversas migraciones las que poblaron el continente americano, señalándose para ellos dos vías, el estrecho de Behring, que une Asia con Alaska y que fue por donde pasaron los primeros cazadores y recolectores después de la última glaciación; y la migración marítima a través del océano pacífico de donde procedían los navegantes que partiendo de Polinesia llegaron a las costas de América. Ambas migraciones se distribuyeron por todo el continente, los primeros de norte a sur, expandiéndose hacia las tierras bajas del este de Sudamérica, descendientes de ellos son los arawak. Los segundos llegaron a las costas del Ecuador, portando ya una cultura incipiente.

La antigüedad del hombre en América se estima en más de 40.000 años. En la zona andina se encuentran restos de este tipo datables hacia el año 10.000 a.c. Entre esta fecha y el cuarto milenio se sitúa el periodo lítico cuyo exponente más importante en nuestro país es la cultura Viscachani.

Viscachani
El hombre llegó a los andes durante la era cuaternaria, convivió con los grandes animales del periodo, como el tigre de dientes de sable y otros. Algunos de estos animales se transformaron pero la mayoría no sobrevivieron tal el caso del caballo. La población debido a la corriente migratoria de cazadores procedente del norte, invadió los Andes huyendo de las rigurosas condiciones climáticas de la última glaciación.
Los nuevos migrantes se asentaron definitivamente desarrollando una cultura incipiente. A este período pre cerámico y pre agrícola corresponde la industria lítica de Viscachani, que se adjudican una antigüedad de varios milenios.
De Viscachani se hallaron piezas similares a las hojas de laurel que les sirvieron para la caza y se usaron adheridas a lanzas arrojadizas. En esta etapa ulterior estos pueblos cazadores convivieron con la fauna post-glaciar, desarrollaron una cultura incipiente relacionada con la arquitectura rupestre.
A los pueblos cazadores les siguieron los pescadores que usaron embarcaciones de totora, cuya herencia quedan en el lago Titicaca y en las costas del Pacífico, en Huanchaco Perú. Sus descendientes son los Urus.
Si consideramos el entorno físico de la región altiplánica situada entre la Cordillera Occidental y la Cordillera Oriental, tenemos la cuenca lacustre cuya historia está ligada a la fluctuante climatología de la zona. Según el informe de Ostrom hacia el año 10.000 antes de nuestra era el nivel del algo estaba 5 mts. más alto que el nivel actual, de manera que su extensión era mayor a la que conocemos. En el sur existía un gran lago, llamado Tauca, el cual cubría el territorio que ahora ocupan los salares de Uyuni y Coipasa y los lagos Poopo y Uru-Uru con una extensión de 43.000 kilómetros cuadrados. A partir del año 8.500 antes de nuestra era empiezan a decrecer las lluvias produciéndose una gran sequía hacia el año 5.00 a.c. Es entonces que el lago Tauca se seca y el lago Titicaca disminuye su volumen y extensión, quedando el lago menor o Wiñaymarca sin agua. Esto indica que culturas antiguas como la de Viscachani, quedaban muy cerca a las fuentes de agua. Es posible que los urus desciendan de pueblos similares a los de Viscachani, pueblos que estuvieron sujetos a una vida dependiente de la pesca y otros recursos que proporciona la cuenca lacustre, como la totora.

A partir de la gran sequía las condiciones mejoraron y hacia el año 2.500 a.c. las condiciones hidrológicas fueron tan favorables que antes del año 1.000 a.c. aparecen las primeras culturas del formativo, como Wankarani y Chiripa y más tarde Pucara. 

El hombre americano

La antiguedad del hombre en América se estima en más de 40.000 años. Los pueblos más tempranos son recolectores y cazadores. Estos grupos humanos siguen una trayectoria que partiendo de Alaska llega a la Patagonia. Hacia los 20.000 años de antiguedad aparecen las industrias líticas consistentes en puntas de proyectil desbastadas por percusión; entres las más antiguas industrias de la cueva de Sandía que se relacionan con los grandes animales de fines del Cuaternario.

Cultura Andina
En el segundo milenio antes de Cristo, después de la revolución agraria y la aparición de la cerámica, que corresponde al final del periodo arcaico, aparecen las primeras aldeas y empiezan a definirse las altas culturas. A este periodo se lo denomina formativo.
El área donde se encuentran los actuales países de Ecuador, Perú y Bolivia, tiene dos zonas geográficas bien determinadas la costa y la sierra. Esta última a partir del nudo de Vilcanota, donde la cordillera se divide en Oriental y Occidental, abarca el Altiplano cuya altura media sobre el nivel del mar es de 3.800 mts.; en esta parte se sitúa el complejo lacustre Titicaca-Desaguadero-Poopó. Más allá de la cordillera y la sierra están los valles mesotermos y el trópico con los que las altas culturas altiplánicas y de la sierra mantenían contactos temporales.
Las culturas andinas de la costa tienen una arquitectura en base al adobe y una economomía sutentada en las pesca y el maíz. Las de la sierra y altiplano presentan arquitectura preferentemente de piedra y una economía en base a la papa y los camélidos. Uno de los complejos más antiguos, situado en la sierra norte del Perú, es el Kotosh con su famoso templo de las Manos Cortadas. Cerca del primer mileio aparece Chavín de Huantar, cuyo centro ceremonial tiene pirámides atravesadas por galerías internas, cabezas clavadas en los muros y patios hundidos.

En la zona del Cuzco, cerca del asentamiento Huari de Pikillajta, aparecen los Incas, fundadores del Cuzco, quienes entre los siglos XIII y XIV inician su expansión estableciendo un imperio pan-andino, tal como en su momento lo hizo Tihuanaco, que logró ponerse en todo los Andes.

La Cultura Wankarani
La cultura Wankarani se desarrolló en los actuales departamentos de La Paz y Oruro, al norte y noreste del Lago Poopó. Creció en base a asentamientos aldeanos, conoció la manufactura de cerámica y la escultura en piedra.
La antiguedad de esta cultura se remonta al año 1.200 antes de nuestra era y pervive hasta el siglo segundo después de Cristo. Establecida en una región de puna donde las condiciones de vida son sumamente duras no llegó a desarrollarse plenamente, manteniendo su estado de tipo aldeano hasta sucumbir al influjo de la expansión tiahuanacota. Los hombres de la cultura Wankarani practicaron la agricultura y su economía se basjó en el pastoreo de camélidos de donde sacaban la lana para su vestimenta. Llevaban caravanas de llamas a través del altiplano, probablemente conectando las tieras altas con las costas del pacífico. Conocían la fundición del cobre por medio de huairas que son hornos de barro que funcionan con el viento y que se colocaban en lugares propicios. Usaban hojas de cuarcita y heliobasalto procedentes de las canteras de Querimita en sus instrumentos de labranza. La cultura Wankarani cuenta con 17 sitios entre los que sobresalen Pucara de Belén, Upsa-Upsa, Kella-Llollu y Wankarani propiamente dicho. Llegaron a tener algunas aldeas sobre las escribaciones del valle cochabambino.
Esta cultura se desarrolla durante el período Formativo y es anterior a la aparición de las altas culturas, como Tihuanaco. Sus aldeas están situadas sobre montículos algunos de los cuales son muy extensos, como el Upsa-Upsa que tiene 150 mts de longitud por 150 mts de ancho. Las casas son de adobe y de planta circular con un diámetro máximo de seis metros; posiblemente se cubrían de paja. Estas viviendas se hallaban muy próximas unas de otras en un asentamiento sumamente denso; la aldea se rodeaba de una muralla, como puede verse en Kella-Kollu, cuyo perímetro tiene cimiento de piedra. No hay diferenciación en las viviendas lo que hace suponer que estamos en una sociedad igualitaria, previa a la división de clases y a la concepción especializada del trabajo.

No hay restos de construcciones correspondientes a centros religiosos, ni templos; tan solo se han encontrado cabezas de camélidos, especialmente llamas, tallados en piedra con un largo cuello espigado. No están asociados a ninguna pared por los que se supone que se clavaban enel suelo. Posiblemente responden a una concepción religiosa y ceremonial. La cerámica carece de pintura; son especialmente significativas las figurillas humanas modeladas.

La Cultura Chiripa
La cultura Chiripa se ubica en el departamento de La Paz, en la península de Taraco sobre el lago Titicaca. Se trata de un montículo artificial de 60 por 50 metros de superficie, aproximadamente, y de seis metros de altura, sobre el cual se encuentran varias habitaciones de planta rectangular dispuestas en semicírculos en torno a un templete semisubterraneo.
Se debe señalar que las habitaciones tienen paredes dobles, usándose este espacio para almacenamiento y para proteger el interior de los cambios climáticos. Las puertas de ingreso son corredizas, penetrando la hoja en una ranura de la pared. Los muros son de adobe los cuales se solían pintar, el piso de tierra apisonada, bajo los cuales se realizaron algunos enterramientos y usaron la paja para techar.
Este tipo de habitación con paredes dobles es único en el ámbito andino. El templete semisubterráneo central tienen los parámetros de grandes lajas de piedra y es similar al Templete semisubterráneo de Tihuanaco. Existen patios semisubterráneos, además de Tihuanaco y Chiripa, en Pucara.
La escultura de la cultura Chiripa muestra piezas líticas decoradas con serpientes y batracios. Existe una lápida con un rostro humano central del que emergen dos piernas y cuatro rayos con punta de flecha. Serpientes y llamas dispuestas dos a dos, decoran los costados alternando con los apéndices de la figura central. La escultura de Chiripa se halla relacionada con monolitos decorados en sus cuatro caras; en la anterior y la posterior se representan seres humanizados uno masculino y otro femenino a cuyos pies hay determinadas plantas y en los costados serpientes. Al parecer se trata de ídolos relacionados con la lluvia y presentan la dualidad propia del ámbito andino. Este tipo de esculturas representan una tracición religiosa característica de los poblados situados a orillas del lago Titicaca. En cuanto a su industria los chiripas fundían el cobre. Para este objeto utilizaron sopladores a manera de tubos modelados en cerámica; estas piezas se decoran con cabecitas, unas veces humanas y otras zoomorfas. En general la cerámica Chiripa es sencilla, el elemento más característico es un recipiente de fondo plano, de color ocre claro pintado en rojo con motivos escalonados, muchas veces estas piezas presentan también cabecitas modeladas y adheridas.

Chiripa es una cultura lacustre que dominaba la agricultura. Se ubico en el siglo XIV antes de Cristo y dura hasta los primeros años de nuestra era. En un momento es coetánea a Tihuanaco. 

La Puerta del Sol en Tiwanaku
Las Cultura Tihuanacota
Tiahuanaco: bases productivas y tecnología
Esta cultura, para su mejor comprensión, ha sido dividida en tres grandes épocas de acuerdo a su desarrollo histórico y social: se denominan Período Aldeano, Período Urbano y Período Expansivo. El primer período, contemporáneo a Wankarani y Chiripa, se inicia después del año mil a. C, con los primeros asentamientos humanos en el sitio de Tiahuanaco y dura hasta poco antes de nuestra era. Entre los siglos II y I a.C. se desarrolla en la zona occidental del lago Titicaca la cultura Pucará (Perú). A comienzos de nuestra era nace en Tiahuanaco un gran centro religioso en el cual existe una población estratificada en clases sociales. En este período, que podemos llamar urbano, empieza a definirse la formación de un estado que trasciende los límites de la ciudad. La producción agrícola tiene excedentes que sirven para sostener a la aristocracia dominante: a los sacerdotes y a los guerreros. Aparecen artesanos especializados tanto en cerámica como en metalurgia. En este período nacen otras ciudades y centros como Ojje, a orillas del lago Titicaca, Konko - Wankani, cerca del actual pueblo de Jesús de Machaca, y Lucurmata cercana a las tierras que se cultivan por medio de “camellone” o zanjas transversales que permiten retener el agua de las lluvias para asegurar el cultivo en tiempo seco, también se crearon pequeñas lagunas artificiales. Los “camellones” reciben el nombre aimara de suka - kollus. Su subsistencia se basaba en el pastoreo y el cultivo de la patata la cual una vez deshidratada podía conservarse por largo tiempo, para la obtención de diversos productos se establecieron enclaves en los valles subtropicales y con la costa donde existían centros tan importantes como San Pedro de Atacama. La domesticación de la llama les permitió crear caravanas que posibilitaron el transporte de los diferentes productos. Finalmente los tiahuanacotas explotan diferentes metales y mediante la amalgamación del cobre con el estaño obtienen el bronce logrando así una superioridad técnica sobre los otros pueblos que aun no lo conocían.
El período urbano dura hasta el siglo séptimo de nuestra era. Para esta fecha se había iniciado la expansión del estado tiahuanacota que tuvo diversas modalidades, según se realizara en zonas con una cultura propia, muy desarrollada, o en zonas de poca tradición cultural. En el primer caso, como aconteció en la sierra central y en la costa del Perú, se produce un mestizaje cultural que une las características tiahuanacotas a las locales ya existentes; además, hay localidades estrechamente relacionadas con Tiahuanaco, como Huari, cerca de Ayacucho, ciudad que llegó a ser uno de los centros más poderosos de la expansión tiahuanacoide. Sobre Huari actuaron tanto Tiahuanaco como las influencias costeñas de Nazca; así la difusión tiahuanacoide sobre el área andina se realizó desde dos puntos: Huari al norte, que se expandió sobre las culturas de la costa desde Moche hasta Nazca; y al sur Tiahuanaco que se expandió hasta Cochabamba, llegó a Moquegua y el desierto de Atacama.

En el siglo XIII el colapso de Tiahuanaco fue inevitable y esta cultura desaparece dejando en la región una serie de grupos humanos, muchas veces en pugna entre sí, los que se con el nombre de los “Señoríos Collas”; están formalmente caracterizados por sus enterramientos en forma de chullpas y sus pucaras.

Sillustani, en el departamento de Puno (Perú).
El Collasuyo
Desaparecido el Imperio Tiahuanaco, la región del altiplano quedó fragmentada en varias etnias que se dividían en dos “mitades” antagónicas y complementarias situadas al oeste y al este del altiplano, llamadas Urcoduyo y Omasuyo. En el sector accidental (Urcusuyo) denominaron los pastores y en el sector oriental (Omasuyo) los agricultores y pescadores.

De norte a sur , en los que hoy es Bolivia y Perú, nos encontramos con los siguientes pueblos aimaras que ocupan las riberas del lago Titicaca: los collas con su doble “cabecera” Hatuncolla y Paucarcolla; luego están los lupacas, en la orilla occidental, con su capital Chucuito; y, al sur del río Desaguadero están los Pacajes con su capital Caquiaviri. Al norte, entre el lago Titicaca y Cuzco, están los canas y los canchis. Vecinos y fuera del área aimara, se encuentran los quiruas, de quienes se sabe muy poco, y los callahuayas que son el paso hacia el antisuyo.

Kollasuyo (quechua: Qulla Suyu, ‘Parcialidad de los Collas’) (Aimara:Qullasuyu) fue el mayor y más austral de los Suyos del Imperio inca o Tawantinsuyu, el mayor de sus territorios.

Se extendía al sur de Cuzco (Perú), los Andes y Altiplano de Bolivia, hasta las riberas del río Maule, al sur de la actual Santiago de Chile, y desde las costas del Pacífico hasta los llanos de Santiago del Estero, en la actual Argentina.

El centro neurálgico del Qullasuyu estaba situado en el altiplano andino, en torno al lago Titicaca, una de las regiones más densamente pobladas de los Andes desde tiempos del estado Tiahuanaco.

El nombre Qullasuyu proviene de los habitantes aimara-hablantes de una serie de reinos independientes de la meseta del Titicaca con fuertes lazos culturales, que eran conocidos por los incas bajo el nombre genérico de qullas debido a que el Reino Qulla, en torno a la orilla norte del Titicaca, era para los incas el más significativo de estos reinos en la época del inicio de la gran expansión territorial del Imperio inca. Qulla en quechua también significa el punto cardinal del Sur.


En la actualidad, el nombre ha sido usado por determinados movimientos nacionalistas indígenas Bolivianos para referirse al Estado Plurinacional de Bolivia o a su región andina de mayoría indígena.

Los incas conquistan el Collasuyo
Vivía aún en Inca Viracocha cuando empezó a reinar en el Cuzco su hijo Pachacuti, que había adquirido gran fama por haber conquistado para los incas muchas comarcas sometiendo a varios pueblos, entre ellos a los chancas. En tiempo de este Inca el collasuyo estaba gobernado por Chuchi Capac, posiblemente hijo de Cari.

Todos los cronistas coinciden en decir que Pachacuti estuvo tan solo una vez en el Collao, por eso debemos pensar que fue que esta expedición, cuando ocurrió lo de Ayaviri, del que quedó sangrienta memoria entre los collas.

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